viernes, 8 de julio de 2011

TALLER - RUEDA MEDICINAL de voz propia, cantos chamánicos, creación mitopoética, sabiduría ancestral, autosanación y meditación con música interior.
Sesiones: Individuales 
(una sesión semanal de una hora y media de duración).
Horario: A convenir.
Lugar: Centro de creación Colibrí de Oro
Informes e inscripciones: 300-5656634
colibrideoro@gmail.com


Cada mujer es un mito, cada hombre es un mito, cada corazón humano contiene en su esencia un canto de naturaleza única y original.

Los CANTOS ARQUETÍPICOS son una vía de autoconocimiento, creación artística y conexión con la divinidad interior, donde se integran la libre expresión de la voz, el lenguaje mitopoético y la recreación de arquetipos soberanos que han servido como modelo y guía de la humanidad en todas las mitologías, épocas y culturas. Son también una práctica de canto, mito y poesía, basada en la vivencia de la alteridad, el amor propio y la sabiduría de las raíces ancestrales.
Surgen del camino espiritual, investigativo y artístico de Colibrí de Oro.

Sesiones: Individuales. Una sesión semanal de una hora y media (Horario a convenir).

Metodología: Nos inspiramos en las ruedas medicinales de los nativos indígenas americanos, y en los mambeaderos interculturales donde la palabra poética y el canto de poder son canales de conexión espiritual, meditación, sanación y creación en unidad.

Inversión: $320.000 mensualidad (Incluye material bibliográfico).


Duración de toda la Rueda: 8 meses

Informes e inscripciones: 300-5656634



EL CANTO DE LOS 13 ARQUETIPOS, MEDICINA DEL ALMA

La medicina del canto arquetípico trae el conocimiento, la experiencia y el poder de la alquimia interior, el equilibrio entre la naturaleza masculina y femenina que habita en cada uno de nosotros y el despertar del yo esencial, eterno y divino que en Realidad Somos.
Enraizados en principios y prácticas ancestrales descubrimos el canto propio del Héroe Legendario, de la Diosa Creadora y de la Pareja Sagrada que todos, cada uno a su manera, llevamos dentro.

· El ciclo de la Diosa creadora.
En este ciclo nos conectamos con la naturaleza femenina que mora en hombres y en mujeres, y que ha sido representada en la mitología de todas las razas y culturas en el arquetipo de la Diosa Triple, la Diosa Creadora o la Diosa Luna, a quien reconocemos dentro de nosotros en cada una de sus fases como Diosa Origen, Doncella Identidad, Madre Jardinera y Abuela Sabia.

· El ciclo del Héroe Legendario.
Recorrer la aventura del héroe interior nos lleva a descubrirnos como el Niño Visionario que acude al llamado a iniciar la aventura de su propio destino, como el Chamán Arcaico que cruza el umbral de lo desconocido para entrar en el reino de lo eterno y ser iniciado, y finalmente como el Rey Unificador que retorna al mundo dueño de sus propios dones y de la medicina que le ha entregado el camino, para compartirlos con su tribu, bajo la guía y la orientación del Padre Principio.

· El ciclo de la Pareja sagrada interior.
En este ciclo nos descubrimos en el vínculo entre Padre y Diosa Origen, Doncella y Visionario, Madre y Chamán, y Abuela y Gobernante para finalmente fusionar la pareja sagrada interior en la Diosa del Amor. Éste último arquetipo, también presente en la mitología de todos los pueblos, representa la energía primordial de la creación, la androginidad y el despertar del ser íntegro, completo y total que en esencia somos. Es un camino para hallar la poesía y el éxtasis permanente dentro de cada uno.

CANTOS DEL GUARDIÁN MITOLÓGICO, RETRATOS DEL ALMA

Al finalizar los tres ciclos, Colibrí de oro crea un canto de poder especialmente para ti, a partir de escuchar tu historia de vida y de retratar tu guardián mitológico.

El guardián mitológico puede ser un animal de poder, un elemental de la naturaleza, una divinidad, etc, es quien nos conecta con nuestra esencia más profunda, recordándonos la fuerza esencial que nos guía, nos centra y nos protege.



CARTAS DE AGRADECIMIENTO

Por algunas personas que han realizado este Taller-Rueda Medicinal




Agradezco con profundo amor
al universo, la energía cósmica,
el mundo celestial, el origen;
esta bella oportunidad
de transitar tu camino.

Yo, estaba enredada en mi crisálida.
Yo, entre tantos hilos, y no todos míos.
Yo, tapando los orificios
que otros hicieron.

Y vino Colibrí, Colibrí de oro.

Vino con su abrazo cálido y colmado de amor.
Abrazó mi crisálida y me envolvió en sus alas,
me dio su calor para calmar el frío.

Poco a poco, mi ser oruga
se fue desenredando.
Y ató con amor sus propios hilos.

Recordó las lecciones de la abuela araña
y construyó la más hermosa crisálida.
Y con su propia luz transmutó,
transformó su energía
y dio luz a su propio ser:
jardín mariposa.

Gracias Colibrí,
por toda la luz que trajiste a mi vida,
por tu comprensión y tu amor,
por el abrazo de colibrí a mariposa.

Ángela Liliana Lara (Jardín Mariposa)







Hubo tormenta y hubo amanecer. La luna sincronizó la agonía de un yo cojo, que ya no se sostenía en su propio cielo hecho de mentiras y edificado en el miedo de no ser lo suficiente. Ahora soy suficiente para mí mismo, no me debo la gloria ni el galardón.
La serena presencia de Colibrí, y su sabio atestiguar mi propio poder, fueron suficientes para que saliera a la luz la lava del volcán. Surgió y fue fructífera, en vez de arrasar con pompeya sembró flores y bendiciones a su paso, y sonrió inocente al ver a los pueblos antiguos reencarnando en gentes y festivales de luz de una Nueva América, y una bella y amarilla tierra a la que ya le vienen sus premios y sus guirnaldas. Esto ha sido este canal ancestral que se hace paso en Colibrí de Oro y que ojalá siga vivo en mi palabra, mi canto y mis letras escritas.

(Fernando Baena Vejarano - Gavaksha-)






En el momento de oscuridad y penumbra, abrió sus alas Colibrí de Oro, invitándome a soñar y a creer en el renacimiento, en que el pasado quedó atrás y que hay que labrar el buen camino.

El canto de Colibrí ayudó a despertar mi divinidad interior, me ayudó a encontrar lo que creía perdido, a perdonarme y sentirme parte de la hermosa Tribu Arco Iris.

Gracias a Colibrí encontré mi guardián mitológico, me amisté con la muerte, supe que hay que renacer de las cenizas, morir con belleza y virtud.

De corazón, agradezco el inicio de mi vuelo, el encuentro con mi misión y mi despertar con propósito.
 

Natalia Barakaldo (Mujer Áve Fénix)






Colibrí de oro, eres un canal al universo infinito, tu medicina y tu tecnología me han impresionado positivamente, y me han ayudado fuerte y suavemente a sentir, a crear, a solucionar y a crecer. Colibrí de oro, gracias por viajar conmigo por el cosmos y por la mente, en esos lugares guiado por tu canto y tus instrumentos divagué, luché, viví, entendí, purifiqué, soñé, encontré, curé, asumí, reí, lloré, volé, me perdí, me encontré; pero todo con alegría, seguridad y cada vez menos miedos y celdas, pues allí estabas acompañando, guiando y respetando los andares por los que caminamos. Colibrí de oro, gracias, porque además de entender e iniciarme en un propósito, también hiciste que surgieran muchas más cuestiones importantes y se afirmaran y debilitaran otras de acuerdo a los mejores designios.

Colibrí de oro, en mis pensamientos siempre te daré gracias y bendiciones, en mis pensamientos positivos y trascendentalmente prósperos tendré un jardín maravilloso en donde espero tenerte de visita con tu energía, tu canto y tu tambor, para poder aprender más de tu sabiduría y tu medicina, pues sé que en mi camino la necesitaré como una guía y amiga.

Gracias, este Oso ha crecido, sus energías se han balanceado y su fe se ha fortalecido. Este Oso también sabe que está en un proceso que hasta ahora ha iniciado y que es largo, pero siente el inquebrantable compromiso de continuarlo con las virtudes necesarias, esto por el respeto y la admiración que por tu espacio y tu medicina, en su interior se ha formado.

Espero seguir trabajando por mí y por los demás y así sentirme digno de ser un Jardinero del Aro iris.

Colibrí de oro, infinitas gracias y bendiciones, espero haber sido una buena compañía en la rueda, me quedo y resalto una imagen mental que tengo ahora mismo, un universo de prosperidad trascendental, felicidad y amor en todas las relaciones de todos los seres. Es un sueño que seres como tú ayudan a ser real.

El Oso, nuevamente te da sus abrazos, gracias y bendiciones.

El Oso seguirá escribiendo más líneas en su mente.

Gracias por siempre.

César Enrique Carvajal Salamanca 
(El oso de la prosperidad Trascendental) 



 

Hermosa y colorida Colibrí,
sonidos de tambor,
abrazos del gran padre, de la gran madre,
que hacen palpitar mi corazón, mi ser…
Vibraciones que llegan con el viento,
viento que me invade, penetrando cada poro,
saliendo por mi boca…
voz única, voz como don…
voz que se extiende, que se une a las grandes vibraciones…
voz que me permite viajar,
cabalgando en la profundidades de mi ser, de la existencia misma…
Presencia femenina,
gran diosa, hermosa doncella, amorosa madre y sabia abuela,
presencias expresándose,
encontrándose, en sincronía,
llorando, entendiendo, riendo, jugando…
brillando con la luna, con el sol…
Hermosa colibrí,
Llenas de colores y de amor mi corazón,
De entendimiento y serenidad mi pensar,
De sanación y de paz mi jardín, mi ser…
Gran gratitud guarda el alma mía,
recibiendo con humildad esta medicina,
llenando de esperanza mi caminar, mi cantar…
Maravilloso ciclo de vida,
de autosatisfacción, de respeto propio,
de crecer y cambiar de piel,
dando pasos cantados, abriendo el corazón a la bienaventuranza…
 

Tatiana Latorre Orduz (Vientre compasivo)





Caminando uno de esos días fríos por Bogotá pensaba en lo insegura que se había vuelto la urbe. Desde hace varios años que sentía que no sólo Bogotá, sino que cualquier lugar y persona podía ser un riesgo, teniendo en cuenta lo frágil que podía llegar a ser. Era como si mi piel fuera un esqueleto que se derritiera en presencia del ambiente, que no diera más que para sobrevivir en las dinámicas más básicas.

Con esa sensación y esos sentimientos la vida se va volviendo poco a poco algo aburrida. Sin embargo un buen día apareció un bello pájaro dorado en el camino. Revoloteando bajo el sol me miró, se sonrió y se metió por mi ombligo. Entre la carne y la piel siguió revoloteando, creó cosquillas en mi corazón, y destruyó mi piel-esqueleto débil para hacerme caer en cuenta de mis huesos, de mi verdadera piel y de mi voz.

Parece ser que este encuentro ha traído cosas bellas para mi vida. Ahora cuando canto realmente puedo escucharme, cuando veo la ciudad fría puedo mojarme, si hace sol puedo asolearme, y puedo mucho más..., cruzarme con miradas, compartir cada vez más con las hermosas personas que se cruzan en mi camino, construir sueños con tranquilidad y certeza de que vivir el sueño es un camino bello.

Ante esta maravilla sólo puedo pensar en lo grandioso que es ver revolotear a este pájaro y desearle que siga cruzándose en caminos, metiéndose entre la piel y la carne, suavemente, pero sacando con tenacidad lo que se tiene bien dentro. Desearle que su vuelo se haga eterno en el recuerdo de quienes pueden sentir nuevamente cosquillas en su corazón gracias a él.

Julián Ramírez (Fuego del sur)







Colibrí de Oro ha sido un viaje en compañía de vuelta a casa, al centro de mi corazón. Un viaje mágico lleno de amor, dulzura y canto caminando el sendero del redescubrir, del reconocerme de nuevo, un camino de encuentro con mis guardianes y mis dones para finalmente aceptar y entender mi misión del paso por este mundo.
Ha sido enfrentarme a mis más profundos miedos, para verlos con los ojos del amor y despedirlos unificándolos en mi corazón de dulce niña...
La rueda de medicina me ha hecho recordar quién soy, a qué he venido y darle la bienvenida a la propia medicina que escondía mi espíritu y esencia, medicina que compartiré con el mundo desde hoy y para siempre...
Infinitamente agradecida con el dulce colibrí de oro por ayudarme a sanar, a curar, por enseñarme a hacer florecer mi jardín y mi voz.
Agradecida por la presencia de Juliana por ser guardiana de esta rueda, mi guía y compañía, por este tiempo de canto juntas y por su hermoso corazón, que todas las bendiciones estén siempre junto a ti. 

María Fernanda Mejía (Ojos de vientre puro)






Colibrí de Oro,

En tus alas viajé durante este tiempo.
En tus ojos veo brillar mi luz interior.
En tu trino se representa mi voz alma y la de otros.

Ahora es tiempo de escuchar y dejar salir mi canto
para disfrutarlo y darlo a conocer en mis nuevos viajes.

Deseo que tu voz siga irradiando por este universo
que tanto la necesita, tanto en luz como en sombra.
 

Óscar Dávila (Serpiente Ángel)






Colibrí:
El camino que emprendimos juntas fue una aventura de la CONSCIENCIA!
Una aventura de DESPERTAR!
Una aventura de PODER!
Aunque hubo muchos momentos en que tuve deseos de huir por estar tan cerca de mi sombra, de mis miedos más profundos, tú lograste ayudarme a avanzar y a confiar en el proceso, muy sabia y amorosamente.
GRACIAS POR ESTE VIAJE HACIA LA LUZ Y LA LIBERTAD
GRACIAS POR LA MEDICINA DE LA SABIDURÍA INTERIOR, LA POESíA, LA PALABRA DULCE, EL CANTO Y EL NAHUAL.

Mi propósito, mi esencia, mis pasos, mi voz, ahora tienen mayor CLARIDAD, AMOR, FUERZA INTERIOR Y VERDAD.
 

Natalia Margarita Cediel (Delfín de luna roja)





Doy gracias a la vida, al universo, a Dios, por haberme permitido vivenciar este proceso, por haberme puesto en el lugar de Colibrí de Oro. Fue un proceso en el cual me permití conectarme con muchas sensaciones y sentimientos. Siento que me conecté con un dolor muy grande que hay en mí, es como un dolor desgarrador.

Aprendí de cada uno de mis arquetipos, de Samuel, de Marcelita, de la Abuela, del Padre, de la Diosa Oscura. El encontrame con la Diosa oscura y ver lo poderosa que es fue sorprendente y confrontador.

Gracias a los cantos y a las palabras de Colibrí porque siempre me llevaron a conectarme con lo más profundo de mi ser, y a conectarme con mis antepasados y mi linaje.

Me voy con la responsabilidad de seguir haciendo cosas por mí, y por mi propósito, porque siento que con eso me sano yo, pero también sano a mi familia y a las próximas generaciones.

Darme cuenta de la distancia que hay en mi vida con el masculino dolió, generó preguntas y lágrimas. Siento que tengo el reto de integrar lo masculino y lo femenino en mi vida, que ya no se saquen más la lengua, que ya no peleen más, que se acepten, se perdonen y sientan que se pueden complementar y seguir el camino juntos.

Gracias a mi padre porque también lo sentí muy presente en esta rueda de sanación, el estar aquí me permitió ver el proceso de su partida de una forma diferente. Me permitió verlo con libertad y gratitud, y sobre todo no sentirme culpable por verlo así. Gracias papi, te sentí mucho en este proceso, y también sentí la energía del Padre.

Gracias a toda la energía femenina que hay en mí y a todas las mamás que ha tenido mi vida. Gracias a ti mami por tu amorosidad y entrega, siento que quiero perdonar más y aprender a relacionarme contigo desde ese montón de amor que tienes para darme, porque hay veces que me siento encartada y eso me tensiona y pierdo naturalidad.

Gracias Colibrí de Oro, por tu entrega, por tu escucha, por tu contención, y por permitir conectarme con mis arquetipos como tanto lo necesitaba.

Namaste.
 

Marcela Cuartas Zapata (Mujer Delfín)






Me quité los zapatos, apagué el cigarrillo y atravesé la puerta. No era la primera vez que entraba en aquel lugar pero todo parecía brillar de una manera diferente. El aire se sentía fresco y cada detalle irradiaba posibilidades y esperanza. Todo era armonía, confianza y belleza. Me miró a los ojos y movió sus alas tan rápido como lo saben hacer los colibríes, invitándome a sentarme en el centro de la vida. Nos quedamos silentes mientras escuchábamos el sonido de tambores que agradecían sin cesar nuestra presencia en aquel mágico lugar. Mis pensamientos no se detenían en nada puesto que mi mente se expandía con cada movimiento de aquella preciosa pajarita que hoy abría las puertas de su corazón y su experiencia para brindarme la posibilidad de viajar por mundos desconocidos e insospechados por mí, hasta ese momento.
Tan pronto cesó la música de los tambores, las paredes se deshicieron y el lugar se convirtió en una hermosa galaxia por donde empezamos a volar, llenas de alegría. Ella revoloteaba y cantaba, indicándome el camino que debíamos tomar.
Dos hojas de plátano nos sirvieron de embarcación para adentrarnos en el mar de la existencia, descubriendo lugares en donde la gestación permanente, permite que la vida no se detenga, que su ritmo fluya por nuestros actos y por nuestros pensamientos. Entendí la maravilla del amor y redescubrí lugares que alguna vez había conocido pero que se habían quedado en otro tiempo. La naturaleza nos guiaba y la pajarita me anunciaba cuándo debía bajarme de la natural embarcación para reconciliarme con alguno de los aspectos de la vida que podrían detener nuestro recorrido. A veces me dejaba sola para que yo misma buscara los senderos que debía recorrer y así fue como me fui encontrando con un sinnúmero de personajes que se fueron convirtiendo en los protagonistas de los cuentos que escribí durante mi permanencia en Colibrí de oro. Y es que tenía que ser de oro, porque sólo este precioso material puede lograr todo lo que la pajarita me mostró y enseñó durante mi estadía en su lugar de ensueño.
Conocí sobre el poder de los mitos y descubrí otro universo de la escritura que hasta ese momento no había recorrido. Me presentó los dioses de diversas culturas, su significado, la confluencia de la búsqueda humana a través de la historia de las culturas. Todos los días tenía un invitado para mí y con él viajábamos hasta mundos desconocidos en donde cada paso que dimos me trajo una pista para entender y embellecer la vida. Así fueron pasando los héroes, las hechiceras, los reyes, la jardinera y muchos amigos más que ella llamaba los arquetipos y que se fueron metiendo en lo más profundo de mi ser para despertar mis propios yoes, haciendo más fácil el arduo camino de la existencia.
Algunos días me acomodaba en un colchón de nubes y comenzaba a cantar y a revolotear de tal manera que mi cuerpo se deshacía para dejarme convertida en energía. Plácidamente me despertaba de aquel ensueño y compartíamos todas las visiones y sensaciones para dibujarlas y exponerlas en una galería a donde no llega el público, a donde no van los críticos, en la que solamente se producen las obras para ese infinito que las recibe sin evaluar, criticar o sobredimensionar.
Algunas veces, cuando absorta en mis emociones, me encontraba debajo del árbol de la creación, esperando que sus jugosos frutos se deslizaran por mi garganta para dar fruto a los textos que escribo, ella llegaba con unas ramitas en su pico, batiendo sus alas tan rápidamente como sólo lo saben hacer los colibríes, y me entregaba las señales que me llevarían hacia territorios sin explorar en los que me encontraría, además, con situaciones o circunstancias que no había entendido, solucionado o elaborado del todo. Así que fue viajé hacia el pasado para encontrarme durmiendo entre la sonrisa de mi madre, o para caminar al lado de mi padre, protegida por un grueso abrigo de paño a la usanza de la época, o para volver a sentir la maravilla de aquel jardín que en compañía de mis cuatro hermanos, sembramos una vez, para hacer mucho más bella y plena la posibilidad de la vida.
Mientras yo viajaba entre el pasado y el presente, e incluso avizoraba algo del futuro, la pajarita revoloteaba en aquel espacio abierto para recoger información precisa y adecuada, facilitándome la continuación de mi inolvidable viaje.
 

Amparo Molina Prieto (La Reina del Sur)






 



Colibrí de oro,

Tu voz me condujo cuando todo para mí era oscuro, y tus suaves alas me recordaron que un ángel me abraza y siempre cuida de mí viajando a los lugares más maravillosos donde he deseado ir.
Esta travesía en la que fuiste no sólo una guía, sino también una Alma Amiga, una mano con la fuerza de los colores del arco iris, me permite estar aquí y ahora feliz por reiniciar mi propia leyenda desde el centro de mi propio ser.
Eres parte de mí como sé que soy parte de ti, y por ello te honro y te bendigo con el aroma de las flores y el sabor de mis frutos que como árbol y princesa, princesa y árbol reconocimos al permitirnos un abrazo que con tu canto también celebraste y celebras. Te quiero mucho!
 

Luisa Alejandra Parra Rodríguez (La princesa y el árbol)


Querida Colibrí de Oro,

Sólo me queda agradecer y agradecer por esos nuevos acompañantes y guías que conocí que me ayudaron a cumplir mi propósito y en especial con la ayuda que recibí al quitarme esas escamas de mi corazón y de mis manos que no me permitían tejer mi grande y maravillosa tela.

Pude observar y descubrir esos enredos que habían en ella y que no me permitían continuar tejiendo.

Siento que durante todo este proceso con Colibrí de Oro todas las fuerzas de cada elemento, de cada guía, me estuvieron acompañando con esas coincidencias, reencuentros, símbolos, vivencias, espejos, gatos, abuelas, colores y armonías.

Se habla de un "fue" en este ciclo, pero verdaderamente no es un pasado sino como todo ciclo vuelve a comenzar, pero ahora desde otro proceso y es aplicar, recordar y acudir a todo lo aprendido y observado...

Gracias porque siento que se ha cumplido hasta el momento este punto de observarme y vivir con amor.

Natalia Romero (Madre Araña)



Hoy ha sido para mí un día muy especial, me desperté con la alegría de sentir que algo muy importante para mí llegaba hoy a su celebración.

Gracias Colibrí de Oro por acompañarme, enseñarme, llenarme de alegría y dulzura estos meses en que tuve la oportunidad de estar bajo tu danza. Esa danza libre, fresca, hermosa que sólo los colibríes pueden realizar, y que yo tuve la dicha y la bendición de vivir contigo en esta rueda medicinal.

Ahora quiero decirte que, si bien me has dado vuelo, quisiera que pudieramos comunicarnos a través del viento con nuestros pensamientos desde el corazón, a través del fuego con la motivación de seguir danzando y cantando la magia del amor, a través del agua en el fluir de la voz, la voz de la verdad y la dulzura, a través de la tierra, en el amor y la generosidad de todo lo que nos entrega.

Así, Colibrí de Oro, en el sentir de habernos conocido y ya nunca olvidarnos, porque me ayudaste a crecer atravesando un muro que había levantado desde ya no importa cuánto. El hecho es que ahora, sabiéndote amiga, no hay muro y puedo cantar buscando y encontrando cada día la voz de mi corazón que es mi canto y ritmo propio.

Gracias siempre.


Esperanza Ramírez (Flor Tambor)



Colibrí de Oro no fue un camino fácil, pero nadie dice que es mejor tomar el camino plano donde nada pasa. Este constante ejercicio de mirar para dentro, de mirar para afuera, también, creyendo en la relación de mi mundo interno con el externo, me reveló dónde está y cuál es el aspecto que debo trabajar en este presente.

Agradezco el respeto, el compromiso y el amor con que se fue desarrollando este descubrimiento. Hoy me llevo mi guardián mitológico: "Niña Blanca Oscura", sintiendo que mi alma se transforma despacito y que todo, lo que a veces no parece, tiene un sentido.

Mis mejores deseos para que este espacio de sanación y creación llegue a los corazones que deba llegar, que se nutra de cada experiencia y que continúe mostrando y transmitiendo que somos seres amados por nuestros padres y por la fuerza del universo.

Mucho amor y éxitos.

Fue un grandioso aprendizaje.
 

María Liliana Galindo (Niña Blanca Oscura)




 
¿Ya sembraste tu semilla? by Colibri de oro

1 comentario:

  1. Hola! acabo de ver esta información y veo que es hoy la introducción al nuevo ciclo! podría participar igualmente? y en que lugar es? (es en medellin o en bogotá) Mil gracias!!!

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